En un acontecimiento histórico durante el 78° Congreso Ordinario de la Conmebol, se firmó el acta protocolar para el Mundial 2030, marcando así el centenario de la Copa del Mundo. La rúbrica, realizada sobre la mesa original de la Copa del Mundo de 1930, contó con la presencia destacada del presidente de la FIFA, Gianni Infantino, el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, y los mandatarios de Paraguay y Uruguay, Santiago Peña y Luis Lacalle Pou, respectivamente.
Este evento deportivo, que tendrá su partido inaugural en Uruguay, seguirá con encuentros en Paraguay y Argentina. Para este propósito, Paraguay ha comprometido la construcción del Estadio Conmebol, una colaboración entre el gobierno paraguayo y la confederación futbolística. Con una capacidad estimada de 50,000 espectadores y un costo proyectado entre 100 y 250 millones de dólares, este estadio no solo servirá como sede de un emocionante partido de fútbol, sino que también dejará un legado de infraestructura deportiva de primer nivel en Paraguay.
Sin embargo, más allá del fervor del evento, hay implicaciones significativas para el mercado inmobiliario paraguayo. Si bien el impacto directo puede ser menor en comparación con países que albergaron más juegos, como Brasil en 2014 o Qatar en 2022, se podrá notar un efecto.
Históricamente, los torneos de la FIFA han mostrado un aumento en la demanda de alojamiento a corto plazo en las ciudades anfitrionas, lo que a su vez genera aumentos en los precios de alquiler y la ocupación hotelera. En el caso de Paraguay, esto puede significar una oportunidad para el sector hotelero y de hospedaje, especialmente en áreas cercanas al Estadio Conmebol ubicado en la ciudad de Luque.
Además, las mejoras en la infraestructura urbana previas al evento, como nuevas carreteras, transporte público mejorado y desarrollo de áreas comerciales y de entretenimiento, pueden aumentar el atractivo de la ciudad para los residentes locales y los inversores y turistas extranjeros. Estos proyectos de infraestructura no solo mejoran la calidad de vida de los ciudadanos, sino que también pueden impulsar el valor de las propiedades en las áreas circundantes.
Por otro lado, el impacto a largo plazo del Mundial en el mercado inmobiliario paraguayo podría manifestarse en el aumento de la visibilidad internacional del país como destino turístico y de inversión. La exposición global que acompaña a un evento de esta magnitud puede atraer la atención de inversionistas y turistas extranjeros hacia el mercado inmobiliario paraguayo, lo que podría impulsar la demanda de propiedades residenciales y comerciales en los años posteriores al torneo.
Agentes inmobiliarios en países que han albergado Mundiales anteriores, como Qatar, Brasil y Sudáfrica, han observado que los precios de las propiedades a menudo experimentan un aumento después del evento, a medida que la demanda sigue creciendo. Aunque la magnitud exacta del impacto del Mundial en el mercado inmobiliario paraguayo es difícil de predecir, existe un optimismo generalizado sobre las oportunidades que este evento traerá consigo para el sector de la construcción, la hospitalidad y el mercado inmobiliario en general.
En resumen, si bien Paraguay solo albergará un partido durante el Mundial 2030, el evento promete dejar una marca duradera en el país, tanto en términos de infraestructura como de oportunidades económicas. El impulso generado por el torneo no solo beneficiará al sector del turismo y la hospitalidad, sino que también podría tener efectos positivos a largo plazo en el mercado inmobiliario, contribuyendo al crecimiento y desarrollo sostenible de Paraguay en las próximas décadas.